València es conocida por sus innumerables recetas de arroz, sin embargo, hay una que siempre pasa desapercibida y merece mucho más reconocimiento: el Arroz al horno o arròs al forn. Una maravilla gastronómica que no tiene nada que envidiar a su familiar más popular, la Paella.
Una historia de aprovechamiento
El arroz al horno es un plato típico valenciano, elaborado tradicionalmente en una cazuela de barro. La principal característica de esta receta es, como su nombre indica, el horno, lugar donde se realiza la última elaboración para darle esa textura y gusto tan particularidad.
Fuente: villacedeira.com
El origen de este singular plato está en el aprovechamiento de los restos del cocido. Por este motivo, los restos de esta otra receta forman parte de los ingredientes principales del arroz al horno. Así, podemos ver en el plato garbanzos, productos procedentes del cerdo – morcilla, panceta, chorizo, longaniza-, patatas, tomate y una cabeza de ajos en el centro de la cazuela, coronando la receta.
Bullirà el mar com la cassola en forn
El origen exacto del arroz al horno es un tema confusión, ya que ni los expertos afirman al 100% el origen de esta tradicional receta. El poeta Ausiàs March ya hablaba en el siglo XV de la manera de cocinar que nos dejaron los árabes: “Bullirà el mar com la cassola en forn, mudant color e l’estat natural,e mostrarà voler tota res mal que sobre si atur un punt al jorn”
Además, esta no es la única referencia literaria en la que se encuentra esta receta tradicional. La primera receta parecida al arroz al horno moderno se halla en el “El llibre de coch”, un recetario del siglo XVI, cuyo escritor es Robert de Nola, cocinero del rey de la Corona de Aragón.
Sin embargo, no fue hasta el descubrimiento de América cuando la actual receta de arroz al horno se aposentó. Con la llegada de dos productos esenciales para este arroz; el tomate y la patata, el arroz al horno llegó a su máxima esplendor de sabor.
Fuente: pequerecetas.com
Venir a València sin disfrutar de uno de sus platos estrellas es un delito, por eso os recomendamos variar y dejar la paella al lado. ¡No os arrepentiréis!